Muchas de las personas que han acudido a nosotros aseguraron no sentirse suficientemente dotadas para utilizar su voz de manera satisfactoria; tan errónea creencia no es más que el reflejo de una deficiente o equivocada estimulación sensorial y artística durante la primera infancia.
Todo ser humano está plenamente capacitado para expresarse, verbal y musicalmente, de forma eficaz y saludable. Sólo necesita ser motivado de manera adecuada y paciente para poder lograr una placentera comunicación oral, tanto a nivel artístico como socioafectivo.
Le ofrecemos una cómoda colchoneta en la que tenderse a cantar despreocupadamente y desnudar por completo el alma; durante la sesión, un piano le irá marcando el ritmo y armonizando sus inseguridades más imperceptibles y primitivas, en las sesiones de fonoterapia que impartimos, nuestros clientes lloran, ríen, dan golpes en las paredes, se duermen profundamente, gritan…
Cada cual expresa a su manera lo que contiene y necesita compartir con los demás. Y a nosotros, como nos encanta el trabajo que hacemos, nos causa una incontenible dicha disfrutar solidariamente de tan edificante y placentero espectáculo.